Robo de datos: riesgo global

https://www.forbes.com.mx/fraude-cibernetico-y-robo-de-datos-riesgo-global/

 

El “Reporte Global de Riesgos 2019”, publicado por el Foro Económico Mundial, indica que el fraude o robo de datos se constituye como el riesgo global con mayor probabilidad de ocurrencia en este año, después de los relacionados con el medio ambiente y los desastres naturales.

Riesgos WEF 2019

El robo de datos es particularmente relevante en un contexto en el que nuestra interacción con el entorno se realiza cada vez más a través de herramientas tecnológicas: teléfonos que registran la geolocalización permanente del usuario; instituciones financieras que conocen nuestros patrones de consumo; redes sociales que permiten identificar nuestros círculos de amistades, las noticias que leemos, nuestros gustos y preferencias; relojes que conocen nuestros hábitos de deporte, de sueño y hasta nuestro ritmo cardiaco;  así como cada vez más nuevos productos y servicios que son y serán capaces de obtener información acerca de los aspectos más íntimos de la vida.

 

Desde los inicios de la computación, se llegó a la conclusión de que no existe sistema informático que sea infalible. Por lo tanto, en un contexto global en el que tantas compañías tienen acceso a una gran cantidad de información personal, el riesgo del robo de datos se convierte en un factor de gran preocupación, pues, entre sus posibles consecuencias sociales se encuentran las siguientes:

 

Fraude cibernético y robo de identidad: a través de la obtención de datos como el RFC, CURP, domicilio, fecha de nacimiento, así como información bancaria. De acuerdo a la CONDUSEF, los fraudes cibernéticos en México pasaron de 276 mil en 2013, a 3.1 millones en 2018, ascendiendo el monto reclamado a $6,924 millones de pesos en este último año.

 

Persuasión comercial y política: mediante la identificación de los gustos, preferencias y amistades, lo cual permite definir el perfil psicológico y sociodemográfico del usuario, a fin de mandar mensajes microsegmentados con la intención de influenciar la decisión de compra, o bien la preferencia electoral. En 2018 hubo investigaciones que revelaron la presunta venta de datos personales de millones de usuarios de Facebook, además del escándalo mundial de Cambridge Analytica, que se derivó del uso de datos personales para fines políticos sin el consentimiento de los usuarios.

 

Discriminación a partir de datos sensibles: como puede ser el caso de los datos personales de salud. Por ejemplo, si el expediente clínico de los pacientes que tienen los hospitales llegara a manos de compañías aseguradoras, éstas podrían fijar mayores precios a los asegurados que tengan determinados padecimientos. Asimismo, con esta información las instituciones financieras podrían negar préstamos de largo plazo a personas con enfermedades específicas. En 2018, MyHeritage, una empresa de análisis genético, reveló que 92 millones de sus cuentas fueron hackeadas.

 

Los riesgos y la vulnerabilidad a la que se encuentran sujetos los datos personales de todos los miembros de la sociedad contemporánea representan un foco de alerta, pero sobretodo una llamada a la acción.

 

En el pasado, otra generación conquistó el reto de hacer valer el derecho a la libertad de expresión; hoy esta generación tiene ante sí el enorme desafío de hacer valer nuestro derecho a la protección de datos personales, mejor conocido como derechos ARCO (Acceso, Rectificación, Cancelación y Oposición).

 

Como mexicanos, éstos fueron reconocidos como derechos fundamentales al ser incorporados en la constitución, lo que significa que los ciudadanos tenemos derecho a: i) Preguntar a cualquier compañía qué tipo de información nuestra tienen en sus bases de datos; ii) Solicitar que se realice alguna corrección, actualización o modificación de nuestros datos; iii) Pedir la cancelación de los mismos cuando ya no tengan motivo para ser usados; y iv) Oponernos a su tratamiento cuando no se apegue a la finalidad para la que fueron recabados.

 

El riesgo del robo de datos es una realidad global del presente y será uno de los principales retos a seguir enfrentando en los años por venir. 

 

Ésta es la era del internet, de los teléfonos inteligentes, de las redes sociales y la inteligencia artificial; pero también es la era del robo de datos, de la usurpación de identidad, del fraude cibernético, de la manipulación y la discriminación partir de datos sensibles. Por lo tanto, también debe de ser la era en la que hagamos efectivo el ejercicio del derecho a la protección de nuestros datos personales.

 

* Por Pedro Francisco Rangel Magdaleno

pedro.rangel@thefuturesociety.org

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pedro Rangel Magdaleno